sábado, 22 de noviembre de 2008

Frutos




Maldita seas tú muerte,
a ti te contaré ahora, en secreto,
las palabras que decía sin pronunciar.

Intocable, lejana imagen de soberbia
y soledad

hecha mía en algo más que la imaginación

Maldita seas en el revés del deseo
en las ropas que ya no uso,
en los cantos que ya no escucho.

Ahora con mis anteojos puedo verte sudar,
más de cerca puedo verte sucia, azul y ofendida
por tus propios absurdos nuevos tonos.

Maldita seas muerte inmunda
me has dejado hecha dualidad truncada
judía de huecos rubios, hebrea de orgasmos negros

y, sin él...

Maldita mucama de casa elegante,
desgraciada desconocida, que me entretienes
buscando nombres, ocupaciones y estado civil sin esperanzas.

Maldita dime algo, por qué no hablas?
por qué me das la espalda y no la señal invisible?

Anda, corre tus oscuras cortinas y vístete o desvístete,
que más da si lo tuyo no es dormir la siesta,
ni salir al balcón a recibir al sol,
ni esperar la temporada de que el follaje brote de nuevo.

Que más da maldita,
si elegir el mejor es tu privilegio
y estás por recoger los frutos que dejaste madurando
en esta tarde que comienzan a caer

Y, yo me pudro.

Alles Liebe
^^(°°)^^

2 comentarios:

Infiernodeldante dijo...

Durísimas y dolorosas letras hacia la despiadada muerte. Ya lo creo, corazón, que es mil veces maldita. Exquisitos versos. Llegan al lector y se quedan. Siempre sorprende pasar por tu espacio y es un placer recorrer tu poesía. Gracias por tus palabras de ánimo. Siempre es bueno tener a los amigos cerca. Dejo besos. Muchos.

fonsilleda dijo...

Me encanta ese diálogo. Esos versos que atrapan, con esa rebelión implícita, me gustan esos insultos abiertos, trágicos ante la irremisibilidad de la muerte.
Bicos.