Estos fantasmas en mi cabeza
hurgan de mi cosecha lírica
la única posibilidad de
atravesar el esqueleto
de paredes invisibles
para llegar al umbral de mi voz.
Crecen junto a mi
y todos unos tras otros
deberían irse, morir, abandonarme
sin embargo, viven conmigo
más vivos que nunca en mi consciencia.
Mientras tanto mi garganta
se siente apremiada con tanta
falsa perla negra repitiendo
esa única palabra que duele que atrapa
y destila un embriagante veneno
que llega a todas tus partes
y que a partir de ahora se evapora
en un sólo murmullo de un olor suave...
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