miércoles, 5 de diciembre de 2007

Dunkelheit






















En cuanto puedas
Recíbeme todos estos precios
Revueltos de condenas
Recíbeme en cada aullido
De tus manos secas
Para que me importe
Un poco menos el instante mismo.
Ahórrame todos esos brutos sueños
Todas esas falsas esperas
demencialmente mal logradas
Y no me desesperes cuando este durmiendo
Que me conmueves el odio
Y me remueves los injustos sonidos de Fauré.
Recuerda que las tardes se acaban
Con mis doce días Despojados de sonidos
y tanta inservible estupida cosa
Cuando puedas, recíbeme Todos estos golpes,
ódiame de pausa en pausa y
No esperemos que el día te ciegue
toda esa fuente de enorme luz
Que mantienes entre tus piernas.
Tiéndeme ya por fin la eterna noche
Que nos dará la necesaria confortación
y ya usados nos vestiremos sin ganas
sospechando que finalmente
nos esperará el insomnio.

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