jueves, 22 de noviembre de 2007

El muro


















Porque en algunos momentos
el tiempo se entreabre
y me deja ver el otro lado.
Porque pasan los años
y todas las promesas
están cumplidas
en cada una de mis
partes más sutiles
donde se encuentra
el fuego original
y primordial que levanta
aún la enorme llama
azul de mi erotismo.

Porque hay otros ecos
que me permiten ver
formas humanas
que bajan de mundos celestes
cuyas combinaciones
y permutaciones dan ordenes
de no mostrarse espesos
fraguando todas las posibilidades
de encontrarme nueva y decidida
simultanea en cada espacio.

Porque no tengo necesidad
de traducir palabras trilladas
que el destino adjudica
a los pobres de almas gélidas
mientras me abro y cierro
como condenada a muerte
en su momento a recibir
la descarga bien intencionada

(insistencia de mi existencia)

Porque hoy por primera vez
veo sin ser vista
la estúpida confianza
de mi cuerpo en su propia
supervivencia
y la magnifica soberbia del alma
se adelanta consciente
de mi muerte e inmortalidad
hecha segundos
antes que me transforme piedra.

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