jueves, 7 de junio de 2007

Y sin embargo, hay dolores...


















Que me hacen prescindir
de sus manos, sin queja alguna
aunque las mías suden telarañas
llenas de vacíos
y mi sexo se encuentre custodiado
por cerraduras enmohecidas.

(Despierta tócame, no esperes
a que los tiempos cambien)

Esta revolución de mi cuerpo
ha sido y es un hecho decisivo
en esta doble historia de amor
manchado por muchos horrores
pero depositario
de gérmenes de libertad.

(Duerme abrázame, y deja
que los sueños hablen)

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