martes, 27 de mayo de 2008

Hermana del caos



Sueño eterno, bienvenidas sombras
al final de la luz y su verdad,
bienvenidos débiles motivos para el horror,
te abrazo origen supremo del dolor;
miedo sólo miedo.
Sueño eterno, recompensa para el amor.
Hermana del caos, esperanza del tiempo
mueves el sol con tus ojos
deseando ser enterrada en las nubes,
esconde ya tanto falso sentimiento
así con tu maldita sabana blanca
y tu razonamiento aparentemente correcto
El motivo, para todo es así de sencillo
deduce tus falsas conclusiones
y cree en la vida como en la muerte misma.

domingo, 18 de mayo de 2008

La danza














Voy a bailar con mis muertos sin hipocresías,
sin aburrimientos y sin ese absurdo examinar
de hombre ordinario con poder extraordinario.
...Silencio
Absortos con la evolución de las nubes
bebemos restos de Ángeles que tiran de su cuerpo
la cicatriz escurridiza necesarias para su odio.
Somos enormes espejos de sangre
fuertes, máximos, expansivos,
amargos, monstruosos, vomitivos...
Danzamos en nuestras oprimidas maldades
hasta voltearnos a nosotros mismos
perennes y deformes con expresiones escandalosas.
...Silencio
Llenos de asco y horror se instalan
en cada uno de nuestros restos de ojos pálidos
y con estúpido símbolo de crecimiento
nuestros queridos hermanos protectores
dejando en pie su atenta cuestión de saber
si en los estratos más profundos
de nuestras personalidades
existe o no la profunda indiferencia hacia la vida.
Silencio...

viernes, 16 de mayo de 2008

Nere

ROSACRUZ


He de sentarme a esperar la madrugada
hurgando aquí, jugando con mis sombras,
tratando que las horas cambien.

Debo romper el sonido de éste día
éste que molesta a cada canto de sol
y que lastima la boca chueca
cada vez que trata de silbar la melodía.

Será mejor unirme a los muros
allí donde huele a sangre vieja
para que ya nadie se acerque
y me crean por fin dormida.

Ya en silencio entonces muerte mía
arráncame de las tenues luces falsas
y reparte mi alma en cada uno de estos vivos.


jueves, 8 de mayo de 2008

Abertura de un ahogo


















Aún están tendidos nuestros cuerpos
estamos todavía vestidos de hombres
sin más sed de sangre arcaica
sin más fosforescentes redes en nuestras caras
secos, vacíos, indescifrados
dementes consagrados a la muerte
finalmente sin tendencias, fuimos capaces
de quitarnos hasta los ojos.
Sin embargo, amamos nuestras risas
y nuestros llantos entrecortados,
amamos nuestros dolores de piernas mutiladas
y las cicatrices que despegábamos
en forma de arma punzante.
Que vagas tormentas aquellas
donde con virtud nos presentábamos
ante los gritos de tanto espanto
entre lazos rojos de llantos
desmenuzados por los martillos de nuestras manos.
Teníamos que buscar la última belleza
y nos encontramos frente a frente
con nuestros síndromes de decadencia.